jueves, 3 de diciembre de 2009

Ruta de Getares a Tarifa. 27-10-2009

Tuvimos un hermoso día, que parecía que estuviésemos en primavera, en la playa había personas que se resistían a creer que estamos en otoño, nosotros dispuestos a recorrer la ruta cicloturista de Getares a Tarifa. Siete fuimos los participantes en esta pequeña aventura, Enrique, Pepe, Anselmo, Damián, Pedro, Fernando y Justo.
Tras el consabido madrugón, nos encontramos los dos vehículos, el aljarafeño y el sevillano, en el área de servicio de Los Palacios de la autopista de Cádiz, aún no había salido el sol, tras un rápido cafelito reanudamos nuestro viaje hacia Algeciras, en el camino la madre naturaleza nos deleitó con un bonito amanecer, todo hacia presagiar una magnifica ruta.
Después de llegar a Getares y descargar las bicis, Fernando y Justo se van hacia Tarifa para dejar allí la furgoneta, dispuesta para el regreso, en el camino tuvimos un pequeño susto a cargo de la furgoneta, que de pronto y a poca distancia de Tarifa se paró, Fernando se fue a buscar un poco de gasoil y al poco tiempo volvió a arrancar la furgoneta y llegó por si misma hasta la gasolinera.
El recorrido de la ruta nos permitió, prácticamente en todo el trayecto el ir deleitándonos con unas hermosas vistas del mar y del estrecho, en lontananza se dibujaban las costas de África y por medio vimos el transito de varias embarcaciones que navegaban en uno y otro sentido, la única nota molesta la protagonizó el viento que era de levante y de una considerable fuerza, afortunadamente la mayor parte del tiempo nos venia de costado o de atrás.
Casi llegando a Tarifa, se produjo un pequeño despiste, debido a una cancela que cortaba el camino, aun lado y otro de la misma se encontraban sendas estacas verdes, puestas por la Junta de Andalucía, delimitando la vía pecuaria por la que discurríamos, resultó que la cancela de marras la había puesto un alemán, apropiándose indebidamente de un terreno público, después de un rato de intentar convencer al alemán de que estaba en un error y de que teníamos derecho a pasar, por evitar una situación que se estaba haciendo cada vez más violenta, optamos por rodear, para ello bajamos hasta la playa y empujamos las bicis entre piedras y rocas pues la marea estaba bastante alta y no quedaba espacio para más, por fin después de un gran esfuerzo llegamos a recuperar el camino al otro lado de la finca y conseguimos llegar a nuestro destino, donde con unas cervecitas y alguna que otra ración recuperamos nuestras fuerzas.
Firmado: Justo

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